Sus ilustraciones están cargadas de referencias al arte pop y a la belleza de la naturaleza, con montañas, sirenas, plantas y criaturas fantásticas. Pero también hay otra gran musa en su vida: los dulces. La estética de los setenta, ochentas y noventa, con los colores vibrantes y la emoción que generan caramelos—porque si los dulces pueden darnos confort, energía y adicción, ¿por qué no hacerlo con el arte?

A lo largo de su carrera, ha trabajado en proyectos para Elle México, Cuadernos Magenta, La H no es muda y muchas otras publicaciones, además de crear portadas de libros, ilustraciones para podcasts, colecciones de cerámica intervenida, colaboraciones con marcas y hasta piezas para videos musicales y eventos. Además, combina su experiencia en investigación de mercados con la ilustración para hacer visual thinking—porque a veces los datos duros necesitan un poco de imaginación.

Es papá de dos hijas únicas: una humana y una schnauzer, y cuando no está dibujando, probablemente está ideando su próxima colección o pensando en cómo hacer el mundo un poco más vibrante (y con más ojos).